MANIFIESTO MASAJÍSTICO

El material que encuentren en este blog va a tener como guías las siguientes premisas:

- dar masaje no es hacer toc-toc con el canto de la mano en la espalda de la gente, ni es frotar a alguien con pomada átomo desinflamante.

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dar masaje es el acto de contacto humano más evidente y potencialmente profundo, porque

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el cuerpo refleja todos los contenidos psicológicos, psíquicos o espirituales de la persona. Por lo tanto, el contacto que se da durante el masaje tiene potencialmente repercusiones en todas esas áreas.


Desarrollo y justificación de estas premisas, en los siguientes artículos, que se pueden navegar también por las etiquetas del costado.


jueves, 14 de enero de 2010

La vida cotidiana, el trabajo de masaje, la recuperación del equilibrio y la búsqueda de lo óptimo

La función del masaje es deshacer este tipo de bucles, y devolver al cuerpo la estructura que le pertenece.

Esto se logra descomprimiendo la musculatura que por cualquiera de las causas anteriores tienda a permanecer indebidamente contraída, recuperando los espacios adecuados y restituyendo la movilidad y el juego entre tejidos.
El efecto que se busca como garantía de la permanencia del trabajo es, siguiendo el camino inverso de la somatización, generar nuevas sensaciones anímicas de base en la persona.
Para esto no es necesario en absoluto que el masajista conozca o que charlemos absolutamente nada sobre el origen de la somatización.
La forma de trabajo implica la toma de conciencia corporal, pero nuevamente, no es necesaria la conciencia del motivo original de somatización: alcanza con empezar a conocer el cuerpo y notar cómo se siente antes y después del masaje.
A partir de ahi, se da un diálogo interno entre la sensación general previa, la presente y registros anteriores, que desencadena el proceso que el cuerpo considere necesario para volver a la salud.

Así como el cuerpo se cura solo la mayor parte de las lastimaduras, enfermedades y afecciones, el total del organismo usa el mismo poder regenerativo para restituir la salud psicofísica.
El masaje provee a este proceso de estímulo, herramientas y alternativas.
El masajista es, antes que un terapeuta o un “arreglador” de problemas, mas bien un compañero de viaje que provee de la energía kinética (las movilizaciones, etc) y la experiencia que para el cliente sería más complicado o largo conseguir solo, siempre a través del diálogo y las necesidades del momento.